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Padul es el pueblo del Valle de Lecrín más cercano a la ciudad de Granada y por ello, es el pueblo de entrada a este hermoso valle, el Valle de la Alegría.
Su localización, a tan solo 13 Km. de Granada y 40km. de Sierra Nevada, la costa granadina o la Alpujarra, lo convierten en el municipio ideal desde donde planificar todas tus visitas a los lugares de mayor interés de la provincia de Granada.
Padul ha sido testigo de diversas culturas y civilizaciones que han legado un importante patrimonio cultural y monumental, por lo que tu visita a este pueblo te aportará el descubrimiento de su historia, tradiciones, costumbres y monumentos culturales de gran interés.
Uno de los atractivos más importantes y representativos de Padul es su humedal, considerado uno de los humedales más interesantes del sur de Europa. Su gran interés e importancia medioambiental le ha dado catalogaciones tan singulares como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), espacio protegido del Parque Nacional de Sierra Nevada y Humedal de Importancia Internacional por el convenio RAMSAR.
El Mamut se ha convertido en imagen y símbolo de Padul debido a que en 1982 aparecieron restos de este animal prehistórico en una de las turberas del municipio. A través de esta imagen turística se han creado infinidad de productos y servicios con la marca del Mamut, asi como incluso recreandose este animal prehistórico a escala real. Lo encontrarás junto al Ayuntamiento de Padul y en el entorno del parque de los animales prehistóricos.
Sin duda, Padul es el destino ideal desde donde disfrutarás de un lugar con sabor a pueblo y la tranquilidad de un ambiente rural, a la vez que encontrarás todos los servicios y comercios de una pequeña ciudad.
Vente a Padul y descubre la Villa del Mamut.
La gastronomía local es rica y variada derivada de su pasado de encuentros de culturas y civilizaciones.
Alabada por todos/as aquellos/as que la degustan. Algunos de los platos más típicos de Padul son el choto al ajillo, patatas en ajopollo con manitas de cerdo, el puchero de hinojos y una gran variedad de embutidos y productos artesanos. De lo tradicional a lo vanguardista, la gastronomía de Padul destaca por su variedad, cantidad y calidad.
Otros de los productos más deliciosos y comunes de Padul son los derivados del cerdo, quesos, migas, puchero, vino mosto y exquisitos dulces, inspirados en la repostería morisca y elaborados con técnicas artesanales.
Son muchas las empresas locales productoras que han hecho de la tradición y el saber hacer un método económico para poder promocionar y difundir unos productos locales para chuparse los dedos.
Algunos de los productos locales que te recomendamos degustar durante tu visita a Padul son las mermeladas gourmet, quesos de cabra con variedad de sabores, licores, dulces, mieles, vino o el aceite.
Si vienes a Padul podrás disfrutar de numerosas actividades culturales, lúdico y festivas durante todo el año.
Gracias al espléndido escenario natural y a la privilegiada ubicación de Padul este es el lugar idóneo para la práctica de todo tipo de actividades deportivas al aire libre como senderismo, MTB o running.
Senderismo. Padul cuenta con un enorme y espléndido entorno natural por lo que hay un sin fin de rutas y recorridos para descubrirlo.
Algunas de las rutas más recomendadas son:
Además, a lo largo del año se celebran varios eventos deportivos como la carrera por montaña del Mamut, la carrera internacional del Mamut, la subida a la cruz de la Atalaya o campeonatos como el de gimnasia rítmica, judo o BMX.
Todos los autobuses pasan por Padul donde hay 7 paradas entre el pueblo de El Padul y la urbanización el Puntal
La Fuente de San Joaquín y Lavadero de Santa Ana es una construcción del XVI-XIX y que a lo largo de los años ha tenido varias reformas y remodelaciones hasta convertirse en el espacio emblemático y peculiar que es hoy.
También es es conocido popularmente como fuente de los 5 caños, por los 5 caños que componen su fuente.
El monumento consta de dos cuerpos rectangulares, uno de ellos es el aljibe y el otro su lavadero.
Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX este entorno marcaba el latir del corazón de la villa de Padul.
Su gran masificación y movimiento continuo de mujeres que iban a lavar hasta este lugar lo hacían un punto de encuentro, pero no solo para mujeres, también para hombres campesinos y trabajadores que, al atardecer, iban a buscar trabajo o jornaleros para el día siguiente.
Este lavadero ha sido especialmente reconocido como un espacio donde las mujeres han tenido una relevancia especial. Mujeres de cualquier punto del municipio se desplazaban hasta este lavadero para poder lavar. El gran auge de mujeres lavanderas era tal que incluso mandaban a sus hijos para poder ocupar un sitio en el momento que este se quedara libre.
El trabajo de estas mujeres era especialmente duro, ya que a diferencia de otros lavaderos, en este se tenía que lavar de rodillas, por lo que el esfuerzo era aún mayor.
Uno de los espacios menos conocidos de este monumento, debido a encontrarse cerrado por motivos de conservación, es el aljibe. El término aljibe proviene del árabe, que significa pozo o fosa, y como tal, la función propia de los aljibes es la de almacenar agua, normalmente procedente de la lluvia, y la que posteriormente discurre por sus fuentes y lavadero.
Al instalar el agua potable en las casas particulares perdió su fuerza y su concurrencia de personas. Durante años, este lugar parecía muerto y abandonado, pero después de varias restauraciones se ha conseguido un espacio bien conservado y uno de los lugares con más encanto y más emblemáticos del municipio.
A día de hoy, este espacio y su marco incomparable es aprovechado por diversos actos culturales: conciertos durante las noches de verano, noches infantiles, noches de cine y otras tantas actividades nocturnas veraniegas que puedes descubrir durante tus veranos en Padul etc.
Sin duda, este lavadero se convierte en una parada muy recomendada durante la visita a los monumentos culturales de Padul.
Este privilegiado lugar se encuentra situado en la vertiente suroccidental del macizo de Sierra Nevada, a tan solo 1km del centro de Padul.
Su importrancia natural lo convierte en zona protegida del Parque Natural de Sierra Nevada, con una superficie próxima a 300 Has. La mayor está compuesta por terrenos de labor y aproximadamente unas 60 Has. se encuentran encharcadas y cubiertas de vegetación palustre.
Además, su gran interés e importancia medioambiental le ha dado catalogaciones tan singulares como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), espacio protegido del Parque Nacional de Sierra Nevada y Humedal de Importancia Internacional por el convenio RAMSAR.
Son miles de aves las que anualmente pasan por este humedal durante los periodos de emigración. Esto hace que los amantes del turismo ornitológico encuentren un destino de valor incalculable donde practicar el avistamiento de aves. Algunas de las especies más comunes son la focha común, el cernícalo, martín pescador, jilgueros, garcetas, ánades o águilas azor perdiceras. La diversidad en el humedal de Padul hace que se pueden observar hasta 200 especies de aves diferentes a lo largo del año.
Este privilegiado lugar que, tiene gran importancia desde el punto de vista ecológico, científico y paisajístico, cuenta además con una peculiar turbera, la más meridional de Europa, en la que en 1982 descubrieron restos de mamut y otros animales prehistóricos.
A raiz de la aparición de estos restos, el Mamut se ha convertido en imagen y símbolo del municipio, creándose infinidad de productos y servicios con la marca del Mamut, asi como incluso recreandose este animal prehistórico a escala real. Lo encontrarás junto al Ayuntamiento de Padul y en el entorno del parque de los animales prehistóricos.
La forma más accesible y respetuosa para descubrirlo es a través de sus tres rutas prehistóricas, la Ruta del Mamut, la Ruta del Rinoceronte Lanudo y la Ruta del Tigre de Diente de Sable.
Descárgate aquí la guía de las Rutas Prehistóricas
¿Te vienes a descubrir el humedal de Padul?
La Ermita de San Sebastián fue edificada en 1.679, con las limosnas y donativos de los paduleños, como muestra de agradecimiento a su patrón por haberles librado de la plaga de "peste" que asoló la comarca del Valle de Lecrín y de la que Padul se libró.
Su estilo arquitectónico es una mezcla del mudéjar y el barroco, creando una estructura sencilla de planta es rectangular. En esta ermita se encuentra la imagen de San Sebastián y la de la Virgen de las Angustias, los dos patrones de este pueblo y justo enfrente de ellos, la entrada principal, enmarcada por un arco de medio punto y precedida por una cruz de piedra.
Cada 19 y 20 de enero la población de Padul celebra el día de su patrón San Sebastián. Durante la tarde del 19 de enero, la tradición lleva a todos los paduleños y paduleñas a los cerros y montes colindantes para recoger leña con la que posteriormente hacen hogueras en varios puntos y calles del pueblo.
En la noche del 19 de enero, la imagen del patrón San Sebastián, junto a la imagen de la Virgen de los Remedios, es transportada desde la Ermita a la Iglesia Santa María la Mayor. A la salida de la puerta de la Ermita, habitantes y visitantes cantan, al unísono, el solemne himno de San Sebastián.
En la mañana del 20 de enero, esta vez con salida desde la Iglesia, el Santo recorre Padul, junto a las lumbres y entre explosiones de escopetas y cohetes.
Junto a la Ermita, se encontraba un convento, actualmente aulario para la preparación de las enseñanzas cristianas como catequesis y otras reuniones.
Este monumento conocido popularmente como la Casa Grande, se encuentra localizado en pleno centro del municipio.
Lo que hoy vemos de él, es un edificio reconstruido en el siglo XVI sobre los restos de las ruinas de una casa fuerte árabe y reedificado en 1613 por Don Antonio de Aróstegui, Secretario de Estado de Felipe III.
Este edificio se sitúa en el interior de un gran espacio casi cuadrado, cercado por un muro y con una amplio terreno a su alrededor, lo que es su día fueron unos preciosos jardines y zonas verdes.
Este palacio, de carácter civil, dispone de una arquitectura de estilo barroco muy severo, sin ningún tipo de alardes decorativos y su arquitectura atrae por sus elegantes proporciones y su diseño equilibrado, sin olvidar el sencillo juego de volúmenes y la gracia y elegancia de sus remates puntiagudos.
La puerta de entrada al edifico se sitúa en la fachada principal, enfrentada con el portón de la cerca exterior. Encima de ella se puede ver una placa de mármolen la que se lee la historia de la defensa del palacio ocurrida en 1569, así como la fecha de su reedificación.
Una de las características que hace diferente a este Palacio histórico y artístico de cualquier otro, son sus asientos ubicados en la entrada del Palacio, con esta singularidad sabemos que pertenece a uno de los pocos y raros Palacios de Asiento que se pueden encontrar en la provincia de Granada, significando casa de ayuda para los pobres que pedían alimento y auxilio.
Durante la Guerra Civil esta casa castillo se convirtió en centro de reclusión. La mayoría de estos prisioneros eran presos políticos procedentes principalmente de la Alpujarra y el País Vasco(conocidos como Gudaris) condenados a trabajos forzosos, de sol a sol, para construir el camino que permitiría realizar la repoblación forestal. A día de hoy, la ruta de los Gudaris es una de las más transitadas para recorrer la Sierra del Manar, por lo que gracias a ellos, a su trabajo y esfuerzo, mantenemos parte de su historia y su recuerdo permanece vivo.
La razón de haber escogido el viejo castillo para acoger a estos hombres se debe a sus grandes salones, que permiten instalar los dormitorios y todas las dependencias necesarias, y a la amplitud de los patios, imprescindibles en un recinto penitenciario.
Para poder conservar y promover la singularidad y la belleza de este espacio, el Ayuntamiento de Padul organiza en él diferentes actividades lúdicos culturales como conciertos al aire libre, exposiciones u otros eventos culturales.
La obra de esta Iglesia data del S. XVI, sus primeras piedras y sillares se comenzaron a poner el año 1540 por el artífice Juan Ajofrin y su hijo y posteriormente fue terminada por Jerónimo García.
Una de sus curiosidades de este lugar es que antes de ser iglesia fue Mezquita Mayor. Entre los años 1.559 - 1.565, a través de una serie de remodelaciones, este espacio fue adaptado al nuevo culto cristiano.
Sobre el pórtico de la entrada principal a la iglesia posa la estatua sedente de Santa María la Mayor, patrona y protectora del templo y el pueblo. Dicha portada fue obra del maestro cantero Gaspar de Muriel y la levantó en 1.559.
En la madrugada del 21 de agosto de 1569, amanecía en Padul, cuando un ejército de 2.000 moriscos pretendía reconquistar Padul, tras los incumplimientos de los reyes castellanos sobre las creencias, vestidos y costumbres. Estos moriscos engañaron al destacamento de soldados que defendía la fortaleza montada en esta plaza y, sobre todo, al vigía despistado que, desde la torre oteaba el horizonte mirando hacia Dúrcal.
De allí esperaban la venida de los moriscos, pero éstos como buenos estrategas, durante la noche caminaron desde Las Albuñuelas y entraron a saco en nuestro pueblo por el Humilladero (La Cruz de Santa Elena) situado en la entrada según se venía desde Granada. Esa noche hubo una lucha encarnizada, sangre, incendios y muertos.
La Iglesia Santa María la Mayor alberga en su interior grandes retablos, algunos del S. XVI y por las características de las pinturas, probablemente sean del hijo de Pedro Machuca (Luis) o Juan de Palenque.
En esta iglesia es donde se encuentra la mayoría de las imágenes que procesionan en Padul durante el Domingo de Ramos, Viernes Santo y Domingo de Resurrección. Esta Semana Santa paduleña está catalogada como evento de interés turístico de Andalucía por formar uno de los eventos religiosos de más interés de la provincia de Granada.
Junto a esta iglesia se encuentra su bella y espaciosa plaza, donde nos encontramos dos cruces, de las tantas que nos podemos encontrar en todo el término municipal de Padul.
La más famosa de las cruces que nos encontramos en la plaza de la iglesia es la cruz de los Burbujones. En referencia a la similitud con las burbujas o bultos esculpidos en el cuerpo y brazos de la cruz. Cuenta la leyenda que, durante los días de cuaresma, en los que se debía guardar el ayuno y la abstinencia, una buena mujer fue a la misa de los oficios del Viernes Santo, y por infringir tal propósito, al salir de la iglesia la cruz se la tragó. Esta mujer, asustada, comenzó a dar con todas sus fuerzas codazos, puntapiés y rodillazos para escapar del interior de la cruz. Y, entonces, fue cuando la salieron esos bultos. Son historias de la historia, pero relatos que demuestran el devenir y sentir de los pueblos.
En total, diecisiete preciosas Cruces jalonan las calles del Padul o rodean el puedo como señal y símbolos de la fe religiosa de sus habitantes desde antaño.
Algunas de ellas y de las más conocidas y cuidadas por los habitantes de Padul son: