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Este monumento conocido popularmente como la Casa Grande, se encuentra localizado en pleno centro del municipio.
Lo que hoy vemos de él, es un edificio reconstruido en el siglo XVI sobre los restos de las ruinas de una casa árabe y reedificado en 1613 por Don Antonio de Aróstegui, Secretario de Estado de Felipe III.
Este edificio se sitúa en el interior de un gran espacio casi cuadrado, cercado por un muro y con una amplio terreno a su alrededor, lo que en su día fueron unos preciosos jardines y zonas verdes.
Este palacio de carácter civil, dispone de una arquitectura de estilo barroco muy severo, sin ningún tipo de alardes decorativos. Destaca su arquitectura por sus elegantes proporciones y su diseño equilibrado, sin olvidar el sencillo juego de volúmenes y la gracia y elegancia de sus remates puntiagudos.
La puerta de entrada al edifico se sitúa en la fachada principal, enfrentada con el portón de la cerca exterior. Encima de ella se puede ver una placa de mármol en la que se lee la historia de la defensa del palacio ocurrida en 1569, así como la fecha de su reedificación.
Una de las características que hace diferente a este Palacio histórico y artístico de cualquier otro, son sus asientos ubicados en la entrada del Palacio. Gracias a ellos, sabemos que pertenece a uno de los pocos y raros Palacios de Asiento que se pueden encontrar en la provincia de Granada, los cuales funcionaban como casa de ayuda para los pobres que pedían alimento y auxilio.
Durante la Guerra Civil, esta casa castillo se convirtió en centro de reclusión. La mayoría de estos prisioneros eran presos políticos procedentes principalmente de la Alpujarra y el País Vasco (conocidos como Gudaris) condenados a trabajos forzosos, de sol a sol, para construir el camino que permitiría realizar la repoblación forestal. A día de hoy, la ruta de los Gudaris es una de las más transitadas para recorrer la Sierra del Manar, por lo que gracias a ellos, a su trabajo y esfuerzo, mantenemos parte de su historia y su recuerdo permanece vivo.
La razón de haber escogido el viejo castillo para acoger a estos hombres se debe a sus grandes salones, que permiten instalar los dormitorios y todas las dependencias necesarias, y a la amplitud de los patios, imprescindibles en un recinto penitenciario.
Para poder conservar y promover la singularidad y la belleza de este espacio, el Ayuntamiento de Padul organiza en él diferentes actividades lúdicos culturales como conciertos al aire libre, exposiciones u otros eventos culturales.