El municipio de Lecrín está compuesto por seis pueblos: Acequias, Mondújar, Talará, Chite, Murchas y Béznar. Estas localidades se extienden desde los límites de Dúrcal y El Valle, y a lo largo de ellas se presentan distintos paisajes y entornos que conquistan nuestros sentidos y nos trasladan al pasado.
Una de las rutas más relevantes tanto desde el punto de vista paisajístico, como natural y sobre todo, cultural, es la que nos conduce al Castillo de Zoraya (os invitamos a leer esta entrada sobre la historia de este emblemático lugar: https://turismovalledelecrin.com/publicaciones/el-castillo-de-zoraya-en-mondujar-valle-de-lecrin/), así como otra nos llevará hacia el Castillo de Lojuela, en Murchas.
Castillo de Mondújar: este sendero comienza desde otro de los lugares patrimoniales más importantes de Lecrín: las termas romanas de Feche, ubicadas de Mondújar. Posteriormente, caminamos hacia la iglesia guiados por su hermosa torre. Este templo está construido sobre la antigua mezquita. Desde el Barrio del Cerrillo podemos hacer un pequeño alto en el camino para admirar el Molino de Mondújar, hacia la izquierda; y el cementerio antiguo bajo el que se cree que descansan los restos de la Rauda Real nazarí. Seguidamente, nos dirigiremos hacia el mirador de Morayma, un impresionante balcón al Valle de Lecrín, desde el que continuaremos nuestra ruta hacia el castillo. La cruz que se asienta sobre los restos de la fortaleza nazarí, nos mostrará nuestro lugar de destino. Se trata de una ruta de unos cinco kilómetros aproximados de extensión y de dificultad moderada.
Castillo de Lojuela, en Murchas: esta ruta parte desde el cercano pueblo de Melegís, considerado por muchos como uno de los miradores más representativos y simbólicos del Valle de Lecrín. Guiados por la dirección del río Dúrcal, nos desviamos hacia Murchas para ascender hasta los restos del Castillo de Lojuela. La extensión de este recorrido es de siete kilómetros y medio, aproximadamente y la dificultad técnica es baja.
Por último, cabe destacar otra ruta que une los pueblos de Cónchar y Murchas, pasando por el Castillo de Lojuela. Es un recorrido de poco más de seis kilómetros de extensión que discurre entre campos de cítricos y hortalizas. Los pinos eucaliptos también serán los protagonistas en el entorno de la Acequia de los Arcos.
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