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El Castillo de Zoraya en Mondújar




12 de Marzo de 2021

Castillo de Zoraya

 

Hubo un tiempo en el que reinaba en Granada el sultán nazarí Muley Hacén, allá por el siglo XV. En una de sus batallas contra los cristianos, el rey conoció a una bella cristiana a la que llevó cautiva a la Alhambra y de la quedó perdidamente enamorado. A pesar de que se piensa que fue encerrada en la Torre de la Cautiva, una de las torres de la ciudad amurallada, llamada así en su honor, Isabel de Solís, cayó rendida a los pies de Muley Hacén, con el cual se casó y se convirtió al Islam, tomando el nombre de Zoraya, que significa “Lucero del alba”. Esto provocó la ira de la que era la primera mujer del rey, Aixa, la madre de Boabdil. Una gran rivalidad nació entre ambas, provocando que Aixa se trasladase por un tiempo a su palacio del Albaicín, el Palacio de dar-Al Horra (“La Casa de la Honesta”, llamado así en honor de esta valiente sultana). Mientras tanto, el amor entre Muley Hacén y Zoraya se hacía cada vez más fuerte.

 

 

Como símbolo de ello sobresale un castillo que encontramos en Mondújar, en pleno Valle de Lecrín, y que, según se cuenta, fue un regalo de bodas del sultán a su hermosa princesa Zoraya. Debido a la lucha por el poder que se produjo con su hijo Boabdil, “El Rey Chico”, cuando éste logró acceder al trono, Muley Hacén se vio obligado a trasladarse con Zoraya y los dos hijos que tenían en común, hasta este castillo en el que viviría y en el que, según la tradición, murió, siendo enterrado en el cerro más alto de Sierra Nevada, el cual fue llamado Mulhacén en su nombre. 

 

 

 

 

 

El castillo está situado en uno de los enclaves más espectaculares de la provincia de Granada: el Valle de Lecrín. En el municipio de Mondújar, sobre una pequeña colina se alza esta fortaleza de época nazarí, construida en el siglo XV. Su estructura es irregular debido al terreno y se conserva la entrada en rampa y en doble recodo en el interior de la torre, una técnica que se utilizaba para dificultar la entrada de enemigos. Además, este conjunto contaba también con otras torres y atalayas que permitían el control de toda la zona, constituyéndose como uno de los lugares estratégicos más importantes durante el período nazarí en la provincia.

 

 

 

 

El abastecimiento de agua era fundamental, por lo que también podemos ver los restos del aljibe y la acequia que hacía llegar el agua al castillo. El aljibe constaba de una bóveda de medio cañón con una altitud de 1,64 metros desde el suelo. Además, pueden verse huellas que nos indican la existencia de zonas ajardinadas.

 

 

 

 

 

Por otro lado, destaca el descubrimiento de un cementerio musulmán cercano a la alquería de Mondújar. Según la historia escrita, Boabdil decidió allá por el año 1491, exhumar los restos de sus antepasados que descansaban en la Alhambra, y trasladarlos hasta Mondújar, donde creyó que reposarían en paz por toda la eternidad. Existen referencias de que Morayma, la esposa de Boabdil fue enterrada cerca de este castillo de Mondújar. Más tarde en el año 1925, uno de los arquitectos conservadores de Granada más importantes, Leopoldo Torres Balbás, realizó unas excavaciones en las que encontró más de 70 tumbas vacías en la Alhambra, lo que, según sus escritos, probaba que el traslado de estos restos a Mondújar se hizo de manera muy cuidadosa.

 

Artículo de María Lopez Rodriguez

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