Flora del Valle de Lecrín
Por Frutos Torres de Casa Tagomago para Turismo Valle de Lecrín
El Valle de Lecrín se extiende desde las laderas suroeste de Sierra Nevada hasta Izbor. Esta depresión vertiginosa parte desde los 800 m s.n.m. y transcurre a través de humedales, ríos, pantanos, desfiladeros y torrenteras. En este recorrido, el Valle ofrece una gran diversidad de cultivos y flora silvestre. La razón está en la distancia (unos 35 km a vista de pájaro) que hay entre el Caballo, (3011 m), el pico más al sur de la Sierra ( con alrededor de 20 picos por encima de 3000 m) y la costa.
En Sierra Nevada, (con clima alpino), hay catalogadas más de 2000 especies de plantas, de las cuales 80 son endémicas. A medida que descendemos, podemos ver cultivos de nogales, vid, almendros, olivos, cítricos, hasta llegar a los cultivos tropicales de la costa.
La flora silvestre nos ofrece un despliegue similar. Algunas de las especies que pueblan el Valle de Lecrín, están incorporadas a la jardinería, mientras que otras, aún teniendo un valor ornamental evidente, son difíciles de ver.
Para disfrutar de esta posibilidad, describimos algunos senderos por donde encontrar algunos ejemplares representativos de la flora del Valle, sin intentar agotar la lista de ellas.
Nuestro recorrido nos lleva a la A-44. Al llegar a la altura de Padul, salir de la autovía en la salida 144.
Girar a la izquierda y cruzar las dos rondas en dirección Otivar-Almuñecar. Entrando en la carretera A-4050, un letrero avisa de que se trata de una ruta escénica. Al llegar al desvío hacia Jayena a la derecha, girar a la izquierda al Camino de Itrabo y Albuñuelas (no está señalizado).
Aparcamos y empezamos nuestra caminata a la altura de los pinos que quedan a la derecha de la pista. Durante la primavera se puede ver el Aguavientos (Phlomis Herba-Venti) en los bordes del camino y pedregales. A la sombra de los pinos adyacentes a la pista, encontramos Oreja de lobo (Phlomis crinita) en abundancia, floreciendo de primavera a principio de verano.
La Candilera
Por la misma época florece la Candilera (Phlomis lychnitis). Si nos adentramos más en dirección a los bosques de pinos que se ven a lo lejos a nuestra derecha, encontramos el Cantueso (Lavandula stoechas), la Rosa de monte (Paeonia coriacea) y la Salvia lavandulifolia ssp. Vellerea.
Rosa de monte
Ya en verano y por la misma zona es posible ver la Alhucema (Lavandula lanata) y el Amaro (Salvia sclarea). En otoño florece el Azafrán serrano (Crocus serotinus).
Para volver al Valle se puede continuar por la pista. Sin embargo, es conveniente informarse del estado de esta en el tramo de descenso a Albuñuelas, ya que puede no estar en buenas condiciones si ha habido tormentas recientemente.
El Valle de Lecrín, pantano de Beznar y Restábal
Una vez en el pueblo, lo atravesamos y bordeamos la impactante barranca del Río Santo. Probablemente será posible ver algún aguilucho o gavilán revoloteando por encima de ella. Seguidamente pasamos Saleres y al llegar a Restabal aparcar en la plaza de la iglesia.
Ya a pie, si no planeamos almorzar todavía, bajar al puente que cruza el río y pasar por debajo de él por el camino que lo bordea y que conduce al pantano de Beznar, donde algunos pescadores dicen haber pescado carpas de 15 o 20 kg! Cruzar una pequeña corriente que pertenece al río Torrente y bordear el lago.
El pantano de Beznar
En este trayecto, parte de la Ruta del Azahar, es posible ver Poleo (Mentha pulegium), Boca de dragón (Antirrhinum litigiosum)
Boca de dragón
Rompepiedras (Antirrhinum hispanicus), Moricandia moricandioides, Retama de olor (Spartium junceum), Violeta de la sierra (Viola arborescens), etc.
Violeta de la sierra
Para reponer fuerzas, podéis escoger entre tres restaurantes: La Despensa del Valle y La Marquesina en Restábal o Los Naranjos en Melegís. En cualquiera de ellos degustareis buenos y ricos platos locales.
Disfrutad de la jornada.
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Fotos y texto por Susan y Frutos de Casa Tagomago
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