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VII Jornadas Gastronómicas del Valle de Lecrín “La Huella Mozárabe “




14 de Octubre de 2021

 

 

Desde la primera manifestación culinaria hasta nuestros días han pasado muchos siglos. Siglos de evolución durante los cuales vemos la importancia que va tomando la alimentación para el ser humano, desde el primitivo “comer para simplemente no morir”, es decir, engullir, al actual “deleitarse con la alimentación “, es decir, Gastronomía.

 

 

 

De todo este periplo la época más determinante, más creativa, más relevante gastronómicamente hablando, ha sido la comprendida entre los siglos VIII y XV, o sea, la época en la que árabes, judíos y cristianos convivieron en una mezcolanza gastronómica muy interesante y determinante para la coquinaria posterior, la actual.

 

 

 

A la llegada de los árabes a la península el cristiano basaba su dieta en pan y carnes. Dominaba la moltura del grano y su posterior elaboración hasta llegar al pan. Gracias a las anteriores invasiones romanas y fenicias, así como a la proximidad del mar, aportan a su dieta, además, el pescado en salazón y el gárum elaborado a partir de tripas de pescado con el que aliñarán sus guisos.

 

 

 

La dieta del cristiano sin embargo es pobre en frutas y vegetales hasta que llega el árabe. Provenientes de los reinos de Taifas estos árabes son bereberes, nómadas, mercaderes, hombres y mujeres con una rica cultura adquirida en sus constantes viajes y con, además, grandes conocimientos agrícolas e hidrológicos. El árabe también aporta otras elaboraciones del pan, otras masas, otros granos, otros tiempos; variedad. Trae frutas como el dátil, las pasas y las especias, quesos, aceite, aceitunas; alimentos calóricos no perecederos a corto plazo. 

 

 

 

 

La riqueza de agua y la sapiencia del árabe hacen brotar vergeles en todo el territorio enriqueciendo la dieta, además, con variedad de frutas, hortalizas y aromáticas. De esta manera, el Mozárabe – el cristiano hispano que convivió durante la ocupación musulmana con los árabes – crea una nueva forma de comer, una dieta diferente, mucho más rica e interesante. 

 

 

 

Por otro lado y al igual que el cristiano y el árabe en cuanto a sus fuertes convicciones religiosas, el judío aporta su cultura, introduce el pan ácimo- ya que su credo no permite la ingesta de masas o granos fermentados- y el uso de la legumbre cuya elaboración domina a la perfección, enriqueciendo sobremanera como podemos concluir, la cultura Gastronómica. 

 

 

 

Y este aporte multicultural, cristianó, árabe, judío, deja su huella en la actual coquinaria; gazpachos, ajo blanco, ajo pollo, albóndigas, lentejas, remojón, gachas, escabeche, suspiros, almendrados… 

 

 

 

 

La multiculturalidad enriquece a su paso no sólo la Gastronomía, también a las personas. En el Valle de Lecrín somos conscientes de esta herencia que se ha hecho tendencia -ya que en la actualidad sigue siendo una realidad la variedad cultural de sus habitantes. Por eso cada año organizamos estas Jornadas Gastronómicas “la Huella Mozárabe “ durante las cuales compartimos con nuestros visitantes toda esta riqueza coquinaria. 

 

 

 

 

El visitante podrá disfrutar durante los días que duren las jornadas – 21 al 31 de octubre 2021, de una variedad de platos con esencia Mozárabe. Algunos de los distintos establecimientos de restauración de la zona engalanan sus cocinas con aquellos aromas y elaboraciones de antaño que se han hecho un sitio importante en nuestro recetario. Platos basados en los maravillosos productos con los que contamos en el Valle; nuestro vergel, como son las naranjas, el bacalao, los aguacates, la huerta cada día más variada y ecológica, las carnes autóctonas, el pescado tan cercano; un festín para los sentidos. 

 

 

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Por María Pimientos



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