NigüelasTambién conocido como el balcón del valle. Este precioso pueblo está situado a la falda de Sierra Nevada, donde se disfruta de unas magníficas vistas. En invierno es un manto blanco que nos cubre y nos engalana de fiesta. En verano, no nos cansamos de mirar hacia la Sierra, donde la vista se pierde entre la naturaleza y el cielo azul. Sus calles estrechas llenas de flores, macetas, geranios y rejas, nos dan un intenso olor a jazmín y azahar, convirtiendo nuestro paseo más agradable donde, en su ayuntamiento, nos encontramos con los jardines románticos, siendo esta la residencia de verano de la familia Zayas.
Junto con estos jardines nos encontramos con la huerta Muller, casa señorial de la familia Blanes. Es un lugar especial en un entorno único. Tanto es así, que creemos que estamos dentro del propio Generalife. El sonido del agua y de sus fuentes hace que nuestros oídos se paren en el tiempo para deleitarnos con tanta armonía y belleza.
No podemos dejar atrás ese castaño tan elegante y majestuoso, que yo incluso me atrevería a decir, que es el árbol de la vida. Seguimos con nuestro paseo para llegar hasta la plaza de la iglesia del siglo XIII. No podemos pasar la oportunidad de visitarla, junto con la Almazara o molino de sangre donde podemos ver los atrojes, las prensas, los hornos, y las piedras que eran movidas por animales con los ojos tapados dando vueltas hasta que la aceituna soltaba su jugo.
Este molino tan antiquísimo es obra de nuestros antepasados, y el único que se conserva en España. A la salida de la Almazara, nos damos de frente con el horno de Carmen, todavía horno de leña donde podemos degustar los tradicionales dulces de las abuelas, que son una delicia.
Seguimos caminando y nos vamos a la falla dónde vivió Manu. Muy cerca de este entorno llegamos al paseo de la pavilla. Se le llama así, porque era en donde las parejas o novios, paseaban la pavilla. Hoy en día es como el conocido caminito del Rey.
Aquí las vistas se pierden entre las montañas, en dónde el agua fresca que baja de Sierra Nevada, se esconde entre las rocas y vuelve aparecer con su canto celestial, entre las montañas y el paisaje hacia el valle de Lecrín con sus torres morunas y sus naranjos en flor.
Cuando volvemos de nuevo al pueblo nos encontramos con acogedoras terrazas, en donde podemos comer, tapear y disfrutar de un ambiente tranquilo, agradable y distendido.
Nigüelas dispone de bonitos restaurantes en lugares privilegiados, dónde aparte de comer bien, se puede disfrutar de una romántica cena con música en vivo.
Dicho esto, os voy a contar cómo es mi alojamiento llamado " el rincón del sur " el cual no se podía llamar de otra manera.
Es una vivienda en planta baja y buhardilla, construida en el 2006. Se encuentra en plena naturaleza, a un km de Nigüelas.
La parcela tiene unos 1200 m2, y está inmersa en un entorno de olivares, rosales, limoneros, acompañado junto con un hermoso manto de césped al lado de la piscina, en donde también hay un jardín lleno de árboles frutales, y unos hermosos cipreses que rodean toda la vivienda para su tranquilidad y disfrute, en donde podemos apreciar unas maravillosas vistas hacia Sierra Nevada.
También dispone de una magnifica piscina privada, en donde también podemos disfrutar de una bonita de piedra para hacer buenas comidas de leña y carbón, recubierto con una pérgola y un impresionante Nogal el cual da mucha sombra.
Para las mejores vacaciones en el Valle de Lecrín, recuerda que en esta página web de Turismo Valle de Lecrín puedes reservar tu alojamiento, tus actividades o tu restaurante directamente con los propietarios. ¿Quien mejor para ayudarte planear todo? ¡Y sin comisiones!
Por Elvira Berrio
IR AL BLOG