El Valle monumental

EL VALLE MONUMENTAL

El Valle es un municipio situado en pleno corazón del Valle de Lecrín, rodeado de cítricos, acequias y restos de atalayas. Está formado por las localidades de Melegís, Restábal y Saleres. Gracias a la bonanza climática y a las características de sus suelos, sus tierras son muy fértiles y la agricultura es el sector predominante. Los naranjos y los limoneros inundan sus paisajes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Melegís

Iglesia de San Juan Evangelista: este templo fue construido a mediados del siglo XVI, si bien se restauró posteriormente tras un incendio sufrido durante la rebelión morisca. Su planta es rectangular y tiene una sola nave. Destaca el artesonado de madera de estilo mudéjar. En el Altar Mayor podemos ver el retablo barroco de finales del XVIII y las imágenes de la Inmaculada, la Virgen del Rosario y un Cristo. En el exterior, de muros de ladrillo y mampostería, se sitúa la torre de tres cuerpos rematada con azulejos y dos pórticos de entrada. En el año 2003 fue declarada Bien de Interés Cultural.

 

Lavadero de Melegís: este lavadero ha sido tradicionalmente uno de los más hermosos de la comarca. Este punto neurálgico del pueblo, tiene un bello cobertizo en parte cubierto con tejas y vigas de álamo, pintadas para evitar su deterioro. El Cristo del Paño de Moclín domina y protege el conjunto y las macetas lo acompañan impregnando de color y aromas este pintoresco lugar.

 

 

 

 

Mirador de las Alvirillas: este impresionante balcón al pantano de Béznar y a los pueblos de Restábal y Pinos del Valle, fue convertido en un mirador muy conocido por las esculturas que lo ocupan, obra de la artista Elena Vicente. Este rincón fue construido en el año 2005 para rendir homenaje a todos los emigrantes que dejaron atrás su tierra para probar suerte en otros países como Suiza, Alemania o Francia. Es por ello que las esculturas son objetos que recuerdan al hogar, como sillones o sillas que invitan a contemplar las hermosas vistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Pilar: esta fuente con dos caños de agua está ubicada en el camino de los Fondones, lugar de refresco de bestias y también utilizada por las personas para beber su agua potable. Está reformada y se completa con un mirador desde el que pueden admirarse los campos de cítricos  y frutales de Melegís.

Casas Blasonadas de las Calles de La Fuente, Larga y Plaza de Pineda: en estas calles se situaban una serie de casas particulares construidas durante los siglos XVIII y XIX. Aún se conservan algunos de los escudos nobiliarios que remataban las entradas principales.

Restábal

Iglesia de San Cristóbal: fue construida a principios del siglo XVI y posteriormente reformada en el XVIII para solventar los daños causados durante la rebelión morisca. El años 60 del siglo pasado, sufrió un incendio que la llevó a ser nuevamente restaurada con la ayuda de los vecinos. Su planta es rectangular y tiene una sola nave. Destaca la portada principal con un frontón que remata la entrada, acompañado del escudo del arzobispo Perea y Porras. Más antigua es la portada lateral, flanqueada por columnas finas terminadas en capiteles góticos.

 

 

 

 

La Ermita de la Virgen de Fátima: fue construida en 1998 para albergar la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Cada 13 de mayo es bajada en procesión hasta la Iglesia de San Cristóbal, donde descansa hasta el domingo siguiente para regresar de nuevo a su ermita. Ese día tiene lugar la gran Romería del Cerro en la propia explanada del Calvario.

Las Hornacinas situadas en las calles de la localidad. El día del Corpus Christi se utilizan estas hornacinas para montar altares de culto a las imágenes. La Virgen de las Angustias se encuentra en la calle San Cristóbal, San Antón está ubicado en la calle San José, y la Santísima Trinidad está en la calle del mismo nombre.

 

Algarrobo centenario: este monumento natural ubicado a las afueras de Restábal destaca por su antigüedad, su frondosidad y dimensiones.

Antigua pescadería: esta antigua lonja era el lugar de venta de pescado y el punto de encuentro mercantil entre Granada y la Costa Tropical, ya que estaba situada en el Camino Real. Fue rehabilitada hace unas décadas, si bien se conservan algunos restos de los muros de sillería originales.

 

 

 

Castillejo de Restábal: estos restos pertenecen a un antiguo castillo del s. XIV, construido durante la época Nazarí. Era una de las numerosas atalayas y torres vigía que desempañaban una función estratégica de defensa desde Valle de Lecrín a la Costa. Se aprecian fragmentos de lo que debió ser una muralla. Fue destruido por el Marqués de Villena en 1491. La abundancia de restos arqueológicos sugiere que aquí pudo estar situado uno de los antiguos pueblos moriscos de Naro o El Cantil. El resto más importante lo constituye un gran aljibe rectangular, dividido interiormente en cuatro naves paralelas.

 

Saleres

Iglesia de Santiago Apóstol: fue construida a mediados del XVI y, al igual que la mayoría de iglesias de la comarca, posteriormente restaurada debido a los daños sufridos durante la rebelión de las Alpujarras. Es de planta rectangular y una sola nave. Destaca su cubierta de armadura de limas mohamares  y el almizate con decoración de estrellas y aspas, característico del estilo mudéjar. Destaca el retablo dorado del Altar Mayor, realizado durante el siglo XVIII, así como las tallas de madera, siendo especialmente notable la de Santiago a caballo. Su aspecto exterior es sobrio y sólidos debido a sus muros de mampostería. Su torre de tres cuerpos está decorada con azulejos.

 

 

Los Patios: las calles de Saleres mantienen su fisionomía musulmana, son estrechas e intrincadas y en algunos rincones sorprenden los patios andaluces de las casas, en los que macetas, flores y objetos antiguos de bronce componen una estampa tradicional y única.

La Atalaya: esta torre vigía del siglo XIII está situada a 1.011 metros de altitud. Desde ella se domina todo el Valle de Lecrín. Tiene planta circular y constituía un punto de comunicación con la Atalaya de Cónchar y con los castillos de Restábal, Murchas, Mondújar, Nigüelas y la Venta de la Cebada. Sus muros son de mampostería, lo que le otorga un aspecto sólido y defensivo. El interior se encuentra cimentado por materiales de derribo y arena de la propia torre. Desde ella puede divisarse el río Ízbor.

¡Sumérgete en el corazón del Valle y piérdete en su historia!