Dúrcal monumental
Conocida como “La Perla del Valle de Lecrín” se asienta sobre uno de los cauces excavados por el río Dúrcal y está rodeada por una espectacular sierra perteneciente al Parque Natural de Sierra Nevada. Los yacimientos arqueológicos atestiguan su gran relevancia histórica y cultural. Su famoso Puente de Lata es uno de los símbolos de la localidad.
Iglesia de la Inmaculada Concepción: construida en la segunda mitad del siglo XVI ha sido objeto de distintas restauraciones a lo largo del tiempo. Originalmente era de planta rectangular y tenía una sola nave. Más adelante, se añadió el crucero y dos naves laterales separadas por arcos de medio punto. Destaca su artesonado de madera de estilo mudéjar. El Altar Mayor está presidido por un tabernáculo de mármol con un crucifijo sobre el sagrario. Entre algunas de sus esculturas, destaca la de San Ramón Nonato, patrón del pueblo. En el exterior podemos admirar la torre-campanario y el pórtico de entrada decorado con un arco de medio punto sobre el que se sitúa una hornacina que contiene la imagen de la Inmaculada.
Ermita de San Blas: se cree que está construida sobre los restos de la antigua rabita Balina. Se edificó en el siglo XVI y está ubicada en uno de los lados del antiguo Camino Real hacia la Alpujarra. Es de planta rectangular y cuenta con una nave abovedada con cúpula de pechinas en el centro. En el Altar Mayor se encuentra la escultura de San Blas. La fachada principal está coronada por una pequeña torre de planta cuadrada. Hacia la mitad del templo destaca una cúpula jalonada.
Puente de Lata: fue construido en el siglo XX para ser utilizado en la línea ferroviaria de Gor (Granada). Debido a problemas estructurales y por real orden, el tren no podía pasar por el puente con los viajeros a bordo, por lo que éstos debían bajar antes de cruzarlo y pasarlo a pie. Posteriormente fue adquirido por la empresa de Tranvías Eléctricos de Granada que lo desmontó y lo volvió a construir en su emplazamiento actual, permitiendo la conexión entre Granada y la estación situada en Dúrcal, de la que salía un teleférico que conducía a Motril. Su nombre viene dado por su material de construcción: acero cromado de los Talleres Lecoog en Bélgica.
Puente romano: es el puente más antiguo de Dúrcal. Para su construcción se empleó piedra rodada del río y mortero. Posee un único vano muy peraltado y servía de paso del Camino Real hacia la Alpujarra. Estuvo en funcionamiento hasta el siglo XIX, cuando se construyó el Puente de piedra de Isabel II, con siete arcos de medio punto sostenidos por robustas pilastras.
Peñón de los Moros: restos de un fortín árabe de época nazarí, con torre, aljibe y pasadizo hasta el río. Los restos arqueológicos han permitido datar el castillo en época anterior a la nazarí, aunque las cerámicas encontradas pertenecen a esta época. Su función debió ser de vigilancia sobre la vega de Dúrcal. El recinto conforma una planta poligonal irregular, aparentemente muy extensa, y parece que ocupaba dos recintos. Se conservan algunos restos de muralla de apenas 30 centímetros de altura, alguna torre muy deteriorada, una puerta de acceso y un aljibe cubierto por una bóveda de medio cañón. En las proximidades al aljibe pueden verse restos de la puerta de entrada a la fortificación.
Museo del esparto: gracias a los antiguos trabajadores del esparto, industria fundamental que desde hace siglos formó parte de la economía local. En este reciento se han realizado diversos talleres del esparto. Existen maquinarias recuperadas del olvido que aún se pueden utilizar.
La antigua fortificación de Márgena: perteneció a una alquería. Sólo quedan restos de las fachadas sur y este. La torre fue uno de los puntos estratégicos de vigilancia y defensa durante la rebelión de los moriscos en el siglo XVI.
Antigua fábrica de aceite de don Julio Martín: se trata de un impresionante edificio de estilo neomudéjar, construido en ladrillo. Fue una antigua fábrica de estética pintoresca y muy singular.
La conocida como “Mezquita de Marchena”: antigua casa señoral de estilo neocolonial, ubicada en la barriada de Marchena y de titularidad privada.
¡Te esperamos en Dúrcal, rodeados de historia, manantiales y tradición!
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