Monumentos en El Pinar
El Pinar es un municipio situado al sur de Granada, en la comarca del Valle de Lecrín. Está formado por cuatro poblaciones: Pinos del Valle, Ízbor, Acebuches y Tablate. Pasear por Tablate es como sumergirse en las entrañas de la historia, ya que es un pueblo que ha quedado deshabitado, uno más en la nostalgia que invade a la “España vaciada”.
Gastronomía, cultura y tradición son los tres pilares básicos sobre los que se sustenta la oferta turística de El Pinar, con un entorno natural y paisajístico extraordinario como telón de fondo.
Comenzamos por la Iglesia-Ermita de San Sebastián (Barrio Alto Pinos del Valle): este templo se construyó sobre una antigua rábida (una fortaleza de tipo militar y/o religiosa que construyeron los musulmanes en Al- Ándalus para proteger sus fronteras de los cristianos) situada en el camino Real que conectaba con la Costa Tropical. Tras la Guerra de la Independencia, durante el primer tercio del siglo XVIII, el cardenal Juan José Bonel y Orbe, cardenal primado de España y arzobispo de Toledo, así como confesor de la reina Isabel II, decidió erigir esta iglesia. De estilo neoclásico, se trata de un edificio de planta rectangular, con tres naves y crucero. El crucero y la capilla mayor fueron añadidos tras una restauración llevada a cabo en el siglo XIX. Destaca el tríptico de la capilla mayor, elaborado en madera policromada por Domingo Sánchez Mesa. En él, pueden admirarse las imágenes del Cristo del Zapato, y los patrones del pueblo: San Roque y San Sebastián. La fachada destaca por su sencillez y las dos torres situadas a los pies del templo, una de ellas inacabada. La otra torre está coronada con una cúpula de media naranja sobre el campanario. Según se cuenta, el emplazamiento de esta iglesia responde al deseo del cardenal Bonel y Orbe porque su madre, que estaba impedida y vivía justo enfrente, pudiese oír la misa desde casa.
En el barrio bajo nos encontramos con la Iglesia de la Inmaculada, la más antigua de la localidad, construida a mediados del siglo XVI, si bien tuvo que ser restaurada a finales de dicho siglo debido a los daños sufridos durante la rebelión morisca. A comienzos del siglo XX, se añadió el crucero y la capilla mayor. El edificio tiene planta de cruz latina y una sola nave abovedada. Destaca el altar mayor, el cual se encuentra enmarcado por cuatro retablos, sobresaliendo el gran tabernáculo neoclásico que ocupa la parte central. En la parte izquierda también puede admirarse el púlpito de estilo rococó, realizado en el siglo XVIII. Algunas de las tallas que se encuentran en este templo se encuentran obras de la escuela escultórica de Mena y Montañés. Esta iglesia está declarada Bien de Interés Cultural, tratándose de uno de los ejemplos de iglesias mudéjares construidas en la provincia de Granada, si bien ha quedado bastante transformada tras distintas intervenciones.
En Ízbor, es fundamental visitar la Iglesia de San José, construida en el siglo XVI y posteriormente ampliada. Tiene nave rectangular y es de una sola nave con cabecera cuadrada. A la Capilla Mayor se accede a través de un arco de medio punto y la nave está cubierta por una singular armadura.
Uno de los hitos más conocidos es la Ermita Cristo del Zapato, localizada en la cima del monte Chinchirina de Pinos del Valle, este pequeño templo está advocado al Santo Cristo del Zapato. Se trata de un lugar de gran relevancia cultural y simbólica para el pueblo y todos aquellos que lo visitan. Cuenta la leyenda que hace cientos de años, a finales del siglo XVIII, un pastor encontró un cuadro en el monte, en el lugar en el que hoy en día está la ermita. La pintura representaba al Santo Cristo del Zapato acompañado de San Roque y San Sebastián. Ante tal hallazgo, el hombre decidió compartirlo con los vecinos del pueblo, y lo llevó a la iglesia del Barrio Alto, donde lo acogieron con gran cariño y devoción. Sin embargo, para sorpresa de todos, a la mañana siguiente el cuadro apareció misteriosamente de nuevo en el cerro. Este hecho tuvo lugar hasta en tres ocasiones, por lo que los pineros comprendieron que su lugar estaba en el monte, y construyeron la ermita que puede visitarse en la actualidad. Fue construida a mediados del siglo XIX promovida por los Bonel y Orbe, posteriormente ampliada en 1920, y reconstruida en 2009 tras haber recibido el impacto de un rayo. Sea como fuere, el Santo Cristo contempla todo el Valle de Lecrín desde su cima, guiando a todo el visitante y atrayéndolo con un halo de misterio y encanto.
Los lavaderos son lugares muy interesantes. El Lavadero Barrio Alto: los lavaderos han sido tradicionalmente lugares de encuentro y socialización de los vecinos. Antiguamente las mujeres acudían a lavar y compartían momentos con el resto de vecinos. El agua ha sido un elemento que ha configurado nuestra cultura y costumbres, dejando como legado estas construcciones que aún hoy en día siguen siendo un punto de referencia en nuestros pueblos.
El Molino del Barrio Bajo de Pinos del Valle es una antigua almazara fue uno de los molinos aceiteros que existieron en la localidad desde la etapa musulmana. En el exterior puede observarse una prensa con la que se conseguía extraer el aceite de la pasta de estrujo que previamente se había colocado en capachos de esparto. Actualmente, este molino es propiedad del Ayuntamiento de El Pinar y se utiliza como salón de usos múltiples. No obstante, nos recuerda la tradición olivarera de este municipio, así como la importancia del cultivo del olivo en nuestros días, así como su relevancia en la gastronomía de la zona.
El Puente de Tablate: este lugar fue un enclave estratégico el en que tuvieron lugar varios hechos y acontecimientos que marcaron parte de nuestra historia. A mediados del siglo XVI, durante la rebelión morisca de las Alpujarras se libró una batalla entre los castellanos y los moriscos sublevados de Aben Humeya. El 10 de enero de 1569 llegó a este lugar el Marqués de Mondéjar, con un ejército de 2.000 infantes y 400 caballos, preparados para el enfrentamiento. Encontraron el puente roto por los sublevados, pero el valor de un fraile, fray Cristóbal de Molina, logró que las tropas del marqués cruzasen al otro lado y alcanzasen Lanjarón.
Y, por último, no podemos olvidar las fuentes en la que podrás refrescarte mientras callejeas por nuestros pueblos. La Fuente del Miriñaque en Ízbor es uno de los lugares más entrañables de la localidad de Ízbor, ya que ha sido un punto de encuentro tradicional para los vecinos y viajeros que se dirigían desde Granada a Motril, atravesando el túnel de Ízbor. Antiguamente estaba situado en la margen izquierda de la carretera de Motril, si bien debido a las obras de remodelación de la carretera, se canalizó el agua a un pilar que se halla junto al citado túnel.
Visita El Pinar y realiza un recorrido por nuestra historia y cultura.
¡Te esperamos!
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